Historia de Éxito Rosidalia Baca

Hola, les saluda Rosidalia Baca gracias por dedicar tiempo para leer mi historia, tengo 52 años de edad, resido en la comunidad de San Isidro, municipio de Concepción de María, departamento de Choluteca, con mi esposo Crescencio procreemos siete (7) hijos, de los cuales cinco (5) emigraron a la ciudad en busca de trabajo, y mis otros dos (2) hijos están viviendo en nuestra vivienda, estudian su último año de la segundaria; con mi esposo hemos logrado crecer a nuestros hijos inculcándoles valores y principios, nos sentimos muy alegres de ver que nuestros hijos son personas de bien y trabajadores.

 

Siempre hemos vivido de la agricultura, cultivando en nuestra parcela y huerto familiar, en los últimos años al igual que otras familias productoras hemos sido afectados por los veranos prolongados entre 6-8 meses y sequias intensas hasta por 60 días sin lluvias en la temporada de invierno, sembramos maíz y frijoles con poca cosecha debido a las tierras están agotadas por el uso de químicos, las semillas no son adaptables a las condiciones climatológicas, las practicas convencionales que utilizábamos entre otras causas.

 

 

 

  • Esta situación la identificamos desde el año 2021 que iniciamos a participar en un proyecto apoyado por Vecinos Honduras me invito una amiga que se llama OLiva, nos integramos a las capacitaciones y formar parte de un Comité de Investigación Agrícola Local (CIAL); aprendimos nuevas prácticas agroecológicas (siembra ordenada, medidas de conservación de suelo, abonos orgánicos),   aprovechando los recursos que contamos en la comunidad, eso me llamo mucho la atención  y no me arrepiento del tiempo que dedico al CIAL, porque siento que nos ayudado mucho en  implementar prácticas agroecológicas, asimismo intercambiar y compartir experiencias con otras productoras y productores de mi comunidad y comunidades vecinas, ahora hemos desinfectado y mejorado el suelo, contamos con diversidad de cultivos locales, aumentando nuestra cosecha de frijoles, maíz, tubérculos y frutales, disponemos de más alimentos en nuestra familia para las diferentes temporadas del año, después de tener asegurar nuestra alimentación el excedente lo comercializamos a nivel local; asimismo la tierra es más fértil, nuestras semillas criollas están mejor adaptadas, continuamos experimentando con prácticas y tecnologías locales para continuar mejorando nuestra parcela, al igual apoyándonos con nuestros vecinos de las comunidades.

    Aprovecho para manifestar la alegría en nuestra familia y comunidad porque ahora ya contamos con la política publica de conservación y protección de las semillas nativas en el municipio, hemos avanzado no nos quejamos de la oportunidad facilitada por Vecinos Honduras y la manera mejor de agradecer es continuar con nuestros planes y objetivos en nuestra organización de CIAL.

     

“Cuidemos de nuestra madre tierra y cuidaremos de nuestra vida”

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